Cómo la IA está ayudando a los historiadores a comprender mejor nuestro pasado
Es una tarde en 1531, en la ciudad de Venecia. En un taller de impresoras, un aprendiz trabaja sobre el diseño de una página que está destinada a un libro de texto de astronomía — una línea densa de tipo y una ilustración en madera de una cabeza querubín observando formas que se mueven a través del cosmos, representando un eclipse lunar.
Al igual que todos los aspectos de la producción de libros en el siglo XVI, es un proceso que lleva mucho tiempo, pero que permite que el conocimiento se extienda a una velocidad sin precedentes.